Explotó de gente, no cabía nadie más y explotó de arte, de cosas lindas. tyv ya se instaló como un lugar donde los artistas saben que pueden mostrar su producción. ¿Dónde se nota el cambio? Ahora empezaron a llamarnos: "Hacemos tal cosa, ¿podemos llevarlo el viernes?" La misma gente se convoca, como pasó con el grupo de clowns: nos llamaron el jueves y el viernes estaban actuando.
El 18 era un día especial: el séptimo aniversario de Oestiario (gracias a Martina Calveira por la torta) y la presentación del libro Noticias del Ocaso, de Alberto (B.B.Door) Trinckler.
Nuestra maestra de ceremonias, Sandra Espósito, que no es nada ceremonial ni ceremoniosa, presentó a Trinckler: un pendeviejo (según él mismo se define) quien habló brevemente (los milagros existen) de su libro publicado por la editorial Baobab e ilustrado por el renombrado (lo nombran mucho) artista plástico Carlos Terribili.
Trinckler declaró públicamente que no entiende el bellísimo prólogo que le había hecho Laura Lugones ( sí, viene de ese linaje). Sucede que eso sería reconocer que él es un gran poeta y eso jamás se lo permitiría B.B.Door.
La cuestión fue que leyeron poemas del autor Julio Talleda, Susana Boccassini, Marcelo Fiori, Hernán Quiñones y Sandra Espósito. Para concluir, Gastón, Sebastián y Diego les pusieron música a dos poemas de Alberto: “ Hurlingham blues” e “Ituzaingó tango”, y terminaron haciendo bailar a la concurrencia (nótese el término) con un par de cumbias y guarachas que volvieron locas a las guachas.
Al comienzo de la presentación, irrumpió en Lamarencoche un contingente bastante joven y numeroso, que decían “venimos a ver a los payasos”. Cuando Trinckler estaba sacando el facón, y varios de nosotros adoptando la posición de la grulla, uno del fondo gritó: “¡déjenlos pasar, que vienen a ver el espectáculo de los clowns!”. Aclarados los tantos, seguimos.
Más tarde, Haydeé Mariel, una voz extraordinaria y una exquisita intérprete, cantó dos temas sin micrófono. Había que sentir ese silencio, hasta los más díscolos jóvenes del fondo se callaron. Estaba disfónica y por eso no siguió. Gracias, Haydeé, volvé por favor. Continuó su compañero, Ricardo Rubio, con hermosas chacareras y zambas. Para esto, ya andaba por ahí Pablo Lasala con su melódica, colándose entre las canciones de Rubio.
Roxana Álvarez (Rochy), desde su posición estratégica, seguía sacándole fotos a todo el mundo. Es buena
Mientras corría la cerveza y Cachencho dormía en el sillón a pesar de las noventa o más personas que hablaban y gritaban debajo y alrededor suyo, se fueron preparando los clowns. No fue fácil alejar a la concurrencia de la barra para que los actores tuvieran espacio. Tuvimos que pedirle a Mario que levantara la mano en gesto amenazante y ahí hasta el más pulenta reculó. ¡Venir a hacerse los culeaos con el Mario! ¡Habráse visto, desacataos!
Lo de los clowns, para alquilar balcones ( bueno, almohadones). Los pibes estuvieron bárbaros, excelente actuación, manejaron muy bien la voz y se adaptaron al poco espacio. La gente estaba contenta y atenta, como extasiada (¡estos pendejos! Les dijimos que pararan con las pastillas…) realmente fue hermoso, felicitaciones al grupo Petecos Macella ( Facundo Rizzo, Juan Samayoa, Jonatan Márquez y Ayelén Gutiérrez).Y cuando se enteren que actúan, vayan a verlos, vale la pena.
Sobre el final, Néstor entregó pan casero recién horneado por Mario Olivera como regalo del día del amigo. Y así se fue cerrando la noche en que estallamos, y no desde el Océano, sino desde Av. Pedro Díaz 584. Los que no vinieron, jódanse por habérselo perdido, y recuerden que cada dos viernes, hay revancha.
Mirá las fotos: http://picasaweb.google.es/tellamarasviernes